Recorte de periódico de 2004 . A un grupo de hombres se les suspendieron penas inferiores a dos años por maltrato a cambio de realizar un curso acogiéndose a que "era la primera vez" - art. 83 del Código Penal-. ¿Segunda oportunidad?
En el Instituto Anatómico Forense de Sevilla se encontraba anoche el cadáver de Francisco Lucena, de 58 años, a la espera de que algún familiar se hiciese cargo de él. Francisco, inclumpiendo la orden de alejamiento, el 27 del pasado agosto se presentaba en casa de su hija embarazada de cuatro meses en busca de su ex mujer. Sin más, mató a ambas a tiros. Pendiente de juicio y en prisión provisional, ayer se quitó la vida ahorcándose con un cinturón elástico de su litera. "Suicídate antes de matarla" es el lema que pasean las mujeres de la Plataforma Feminista de Valencia.
También ayer un tribunal condenó a 64 años de prisión a Ismael Pablo Rodríguez, asesino de su ex mujer y de dos de sus hijos de siete y cinco años. Los tres perecieron abrasados en el incendio que intencionadamente había provocado el ex esposo y padre. Igualmente había quebrantado la orden de alejamiento.
Sobre maltratadores que siguen terapia rehabilitadora se publicaba, el 21 de octubre en El País, un reportaje que recogía, entre otros, este testimonio:
"No debí matarla, me arrepiento de corazón, pero aquella mujer me estaba haciendo la vida imposible y en aquel momento no fui capaz de ver otra salida".
El remitente, un condenado por asesinato, la destinataria, su nueva novia.
Por otra parte, Mercedes Gallizo, directora de Instituciones Penitenciarias, ha hecho público un estudio que intenta dar luz a la cuestión de si hay esperanza de recuperación para los condenados por maltrato cuando se prestan a terapia rehabilitadora. Durante casi dos años y en 18 prisiones, 148 hombres de entre 19 y 71 años condenados por violencia contra las mujeres se han sometido a un seguimiento.
El trabajo concluye que
"el riesgo de reincidencia es moderadamente alto, porque el homicidio en la violencia de género es el último eslabón de una violencia continuada y de gravedad creciente". La violencia de género en estos sujetos, se añade, "es una conducta muy consolidada en el repertorio de sus comportameintos."
El asesinato a mujeres es un delito que en la actualidad está contemplado y que ha dado lugar a una Ley de Violencia de Género aprobada en junio de 2004 con la doble intención de ser castigado y a la vez actuar como medida disuasoria para los asesinos, como si éstos lo fueran menos o más vulnerables por serlo de mujeres, o como si la ley les fuera a dar la madurez, cordura o prudencia que ellos no tienen.
¿Puede ser rehabilitado cualquier asesino? Probablemente una parte de ellos sí, pero por tratarse de un asesino de mujeres no lo tiene más fácil aunque las terapias penitenciarias, que deberían ser para todos en cualquier caso, se empeñen en quitarle color a la sangre a cambio de pasión, ofuscamiento, celos, drogas o costumbres atávicas.
Según el psicólogo de la prisión de Álava en el mismo reportaje mencionado:
"Para un maltratador, la crónica de su crimen en un periódico siempre está incompleta. No entiende por qué el periodista que escribió lo que él le hizo a su mujer no pone también lo que ella le hizo a él, razones como que no sabía manejar el dinero, que no lo cuidaba, que se iba más con las amigas que con él...algunos pueden reconocer incluso que han hecho una barbaridad, pero siempre hay un pero detrás como que bebía mucho en esa época o que estaba muy nervioso".